La pectina es un hidrato de carbono tipificado dentro de los conocidos como fibra natural soluble.

Fue descubierta por el naturalista, farmacéutico y químico francés Luis Nicolas Vauquelin, en 1790, y aislada por primera vez por el químico francés Henri Braconnot, en 1825, quien la nombró ‘pectina’, del griego ‘pektikos’, que significa ’coagulante’ o ‘solidificar’.

 

¿Dónde se encuentra la pectina de manzana?

 

Está presente en la piel, la cascara y la pulpa de casi todas las frutas y algunas verduras, y se compone de células incluidas en el grupo de los polisacáridos, cuya función básica es convertirse en glúcidos o energía.

Cada fruta tiene una cantidad única de pectina. Y la manzana es, junto con las naranjas, la lima y el limón, la fruta que contiene más cantidad de pectina en su piel.

El tipo específico, la calidad de la fruta, la época en la que la cosechamos y la degradación enzimática influyen en el perfil químico físico de su pectina.

 

¿Para qué sirve la pectina de manzana?

 

La pectina de manzana, gracias a su contenido en fibra soluble, sirve para mantener saludable nuestro sistema digestivo. La fibra soluble de la pectina de manzana, forma un gel que, al entrar en contacto con el agua, absorbe el exceso de líquidos ralentizando el proceso digestivo y favoreciendo la consistencia de las heces.

También es capaz de reducir la velocidad de paso de los azúcares e incluso de capturarlos, consiguiendo que su absorción sea más lenta o nula. Este hecho contribuye a regular los niveles de azúcar en sangre, aliviando la intolerancia a la glucosa y beneficiando a las personas que sufren diabetes.

Las células de la pectina de manzana también pueden arrastrar y absorber ciertas grasas, por lo que es muy valiosa en dietas que buscan controlar el sobrepeso. Y son capaces de unirse a los ácidos biliares, facilitando la expulsión del colesterol malo (colesterol LDL y triglicéridos), en forma de heces, y, en consecuencia, disminuyendo los niveles de colesterol en sangre.

Además, las bacterias intestinales buenas se alimentan de pectina, por lo que el consumo de pectina de manzana consigue que éstas se multipliquen, mejorando nuestro microbioma intestinal.

La pectina también contribuye a la desintoxicación, siendo verdaderamente útil en la eliminación de materiales pesados como el mercurio, el plomo o el arsénico, entre otros.

El alto contenido en pectina de la piel de la manzana nos ayuda a controlar el sobrepeso, nos protege de enfermedades cardíacas, cánceres intestinales y problemas cardiovasculares.

Todas estas propiedades han hecho que la pectina de manzana sea considerada un suplemento alimentario seguro y exhaustivamente estudiado, como sustancia a incluir en diversas formas farmacéuticas.

Algunos estudios farmacológicos y de fitoterapia creen que la pectina puede ayudar a crear fármacos orales que no degraden la zona alta del intestino o que actúen favorablemente en la zona colónica. Incluso hay estudios que indican que podría usarse como vehículo celular inyectable para recuperar el tejido óseo, gracias a una sustancia cerosa, llamada ácido ursólico, que reduce el desgaste muscular y promueve el crecimiento del músculo.

 

Contraindicaciones de la pectina de manzana

 

No existen dosis máximas establecidas para el consumo de suplementos nutricionales compuestos de pectina de manzana. Pero, al absorber líquidos, lo más recomendable es que, si queremos complementar nuestra dieta con suplementos de pectina de manzana, ingiramos la suficiente cantidad de líquido como para que nuestro cuerpo se mantenga bien hidratado.

Procuremos seguir siempre las instrucciones de uso, presentes en el producto o dadas por el farmacéutico.

Por otro lado, de la misma manera que la pectina de manzana se une con azúcares y nutrientes, también puede absorber y eliminar algunos compuestos de medicamentos que estemos tomando. Y, usada indiscriminadamente, puede disminuir nuestros niveles de cobre, calcio, hierro, magnesio y zinc, y provocarnos flatulencias o cólicos intestinales.

Si estamos embarazadas o en período de lactancia, es mejor consultar con un profesional sanitario antes de hacer uso de la pectina de manzana.

El uso de productos naturales con fines terapéuticos debe venir acompañado por un seguimiento médico. Consultemos con un profesional sanitario la cantidad de pectina de manzana saludable para nuestro organismo, la forma correcta de consumirla y si hay posibilidad de que intervenga en algún proceso de medicación que estemos siguiendo.